De repente, vivíamos en una narración distópica en la que éramos los protagonistas y debíamos construir nuestra narración personal.
Por otro lado en la obra, aparecen como referentes visuales, los monstruos medievales de manuscritos como El viaje de San Barandán de Benedeit (siglo XII) que no son más que los miedos e incertidumbres que van surgiendo a la hora de enfrentarse a esa nueva realidad.
Como en ambos libros, ese viaje o andadura nos lleva a transitar por nuestra perplejidad y por nuestros temores para poder crear un mapa mental que nos ayude a entender lo que nos rodea y así enfrentarnos a ello y poner a prueba nuestra capacidad para adaptarnos.